hoy
dejo caer el poema
sobre el lugar común de los amigos
porque les debo y
quisiera para ellos
versos blandos
suaves como algodones de azúcar
luminosos como estrellitas
de pirotecnia
quisiera para ellos
la sonrisa alargada y eterna
de aquel niño que vio por primera vez el mar
y una manta protectora también quisiera
para cuando todo esté
oscuro y haya frío
y el temor sea
fuerte
para ellos
los poemas de Szymborska
la música de Bowie
los recuerdos cálidos de la infancia
el olor a tierra húmeda
el abrazo eterno de los padres
el abrazo eterno de los abuelos
para mis amigos remolinos de hojas
de otoños inciertos
y mariposas azules revoloteando
por jardines agrestes
para ellos
todo de mí sin ataduras
porque creo en el propósito
de las amapolas jamás vistas
y confío en la intensión secreta
de los abejorros
《Creo en lo que hago,
en lo que hacen mis amigos,
y en lo que hace toda la gente que se parece a uno》
creo y suelto mis ojos para entregarles
el reverso blando de este poema
alma gelatinosa que es sostenida por mis huesos
te dicen
todo va a pasar
y el invierno incuba en sus raíces
alguna intención de primavera
de flor profana y luminosa
tan etérea como pájaros
aún más livianos que el viento
aún más transparentes que la nada
toda va a pasar y el instante se hace eterno
la voz se congela
y los cuerpos habitan a otros inseparables
porque irse es regresar para estar más cerca
porque amar y querer se diluyen en palabras absurdas
y hacen del poema una simple excusa
un artefacto inútil
para decir cosas
cuando nada alcanza
todo va a pasar
repiten
pero todo llegó para quedarse
imborrable, perenne
como un sol que quema
y no para de latir en medio del pecho
Escucho los primeros versos
de Les Feuilles Mortes
se trata de la antesala a esa canción escrita
por Jacque Prévert
la voz del saxofonista del Parque del Retiro es apretada y temblorosa
es la de un barítono roto por el cigarrillo y
por las calles
silencio luego el despliegue de las melodías sale de la campana
el saxofonista cierra los ojos
cierro mis ojos
es allí cuando algo pasa
cuando me anida el tumulto de hojas secas
que atraviesa mi piel
antes el presagio
los tres pájaros reducidos al polvo
como queriendo salir de todo esto
Mais la vie separe ceux qui s’aiment
muy poco a poco
te alejas
el saxofonista culmina
abro los ojos mis manos bañadas
por escamas otoñales
entiendo
que una canción de desamor
es también un himno a la muerte
tengo hambre de un otro constelado
y mi estómago se expande
para devorar estrellas
sin embargo
no sé escribir poemas de amor
la imagen de las mariposas
que revolotean
dentro del estómago
apenas me es dada
la tomo es agua de sol
antes sentía larvas tímidas
cerradas al cambio pobres
ignorantes de todo proceso
de transmutación
las crisálidas se quiebran
como un himen que busca florecer
las alas son azules y peludas
borran el asco
sí las alas son y están listas
aunque no saben para qué
les digo
sin temor:
《sólo queda el vuelo》
surgen desde mis estómago
esófago faringe laringe
escupo mariposas
y aprendo