“Siempre he considerado a la poesía como una forma de protesta”
La creadora y activista en temas de género nació en Monterrey, Nuevo León, 1985. Es autora -entre otros textos- de La Edad de los Salvajes (Editorial Montea, 2015), Jardín Botánico (Abismos Casa editorial, 2016), Nostalgia de la luz (UANL, 2016) y Objetos imaginarios (Pinos Alados, 2017). Parte de su obra ha sido traducida al inglés, francés, árabe y portugués.
-Más que tus inicios en la literatura, nos gustaría que nos contaras cómo fue tu formación literaria, tus lecturas fundamentales, tanto de autores mexican@s como de Latinoamérica en general.
Mis inicios en la literatura, fue primeramente como lectora, mi pasión por la poesía surgió cuando cursaba el bachillerato, indagando con diversos poetas clásicos como Sor Juana Inés de la Cruz, Quevedo, García Lorca o Gabriela Mistral. De ahí nació mi gusto por la poesía, lo que más tarde me llevó a interesarme en talleres literarios para comenzar a experimentar con la escritura de poesía y su entendimiento, comencé a descubrir otras poéticas que empezaron a ser de mi interés y que me permitieron también crear mi propia voz poética que se fue gestando a lo largo de estos años.
-Hoy por hoy, ¿qué autores pertenecen a tu «caja de herramientas»?
A lo largo de estos años me ha gustado leer todo tipo de poesía, y dentro de ella hay autores y autoras que se han quedado en mi archivo de favoritos, y que son libros que pertenecen a mi acervo, y que tienen gran valor para mi para volver una y otra vez a sus lecturas; algunos de ellos son: Elizabeth Bishop, Anne Carson, Jorge Eduardo Eielson, José Lezama Lima, Mariane Moore, Sharon Olds, Elvira Hernández son algunos de los autores a los que siempre vuelvo a retomar su poesía.
-Tu poesía está marcada por temas como el cuerpo, los objetos, la familia. ¿Podrías extenderte sobre estos tópicos?
Siempre he considerado que el cuerpo es como una casa y que dentro de ella habitan un conjunto de cosas, como los recuerdos, la familia y diversos objetos que forman parte de esa memoria corporal que nos permite trazar estas temáticas en la poesía, desde mi opinión personal estas temáticas son fundamentales en mi escritura y son parte de un todo del cual no podemos desprendernos como seres humanos.
-Se te considera una activista en temas de género. En este sentido, ¿cómo se fue gestando esa mirada y cómo fue permeando tu poesía? ¿de qué manera dialogan -o cómo los haces dialogar tú- esos ámbitos.
Siempre he considerado a la poesía como una forma de protesta, nos permite crear diálogos con los otrxs y cuestionarnos de nuestros entornos, privilegios, problemáticas que aquejan a nuestra sociedad y comunidades. Con el paso del tiempo eso fue lo que pasó con mi entorno y con la poesía fue generando hallazgos para cuestionarme y ver de qué forma podía aportar , visibilizando a través de la escritura ciertas problemáticas,lo que no se nombra no existe y como escritora y activista la función es esa ; nombrar las cosas y tratar de hacerlas visibles, en mi caso sé que no puedo representar con mi escritura a ningún movimiento, mi sentido es crear y abrir ese diálogo a través del arte, al documentar e investigar, la escritura se permea de esas miradas, y entornos que permiten crear estructuras y temáticas, se tropicalizan y en conjunto crean diálogos escritura y activismo
-Nuestra revista tiene una mirada que entiende lo transfronterizo desde diversas perspectivas, siempre en forma crítica. Tu libro Frontera Cuir (2021) establece desde el mismo título una perspectiva que se evidencia reflexiva del tema género, entregando voces a la comunidad LGBTQ. ¿Cómo piensas el tema de las fronteras en los diversos ámbitos, y particularmente en lo que se refiere al género?
Todo cuerpo, escritura y lenguaje está en constante cambio, mi libro Frontera Cuir es eso un viaje y establece un diálogo con lo transitorio y la transformación con los cuerpos, lenguajes , geografías, es una forma de documentar y reflexionar sobre una problemática que ha estado sucediendo a lo largo de estos años en México , como país de tránsito de las comunidades migrantes y se enfoca en las comunidades LGBTQ+ migrantes ,sus formas de vida en su tránsito por otro país, las problemáticas sociales a las que se enfrentan.
-Existen hoy una multiplicidad asombrosa de voces en la poesía -o poesías- de Latinoamérica, de la que imaginamos tienes algún tipo de conocimiento. ¿Podrías brindarnos una reflexión en torno a esto?
Me gusta como se ha transformado la poesía en Latinoamérica hay un panorama interesante de diversas poéticas, más allá de la academia , hay escrituras a las que se les ha dado voz y forman parte de la literatura reconocida en la cual nos permite reflexionar sobre el mundo actual, también entender otra formas de hacer poesía, como la poesía visual, o bien haciendo uso del lenguaje inclusivo, la poesía hoy se transforma como se transforma el mundo, y cada vez existen más voces femeninas en ella creando diversos panoramas poéticos como una riqueza viva y en constante movimiento.
-México y el tema migratorio es de larga data. En Sudamérica estamos viviendo una crisis migratoria: ¿cómo se plantea el arte y la poesía ante estos fenómenos eminentemente políticos?
El arte permite crear un diálogo y reflexionar sobre diversas problemáticas en los países, sin duda Latinoamérica enfrenta una crisis migratoria desde hace más de una década, la falta de programas y políticas sociales y migratorias justas.
La poesía puede como tal hacer una reflexión sobre estas y otras temáticas que se han vivido a lo largo de la historia, desde las guerras civiles, la migración, las dictaduras para dejar documentado para la posteridad de lo ocurrido.
Muestra poética:
Casa abandonada
Me creció adentro una planta
adentro me creció un nombre
la copa, la casa y la palma
adentro su mano echó el aliento
debajo de este pecho
un pájaro revolotea.
El hogar está tan lejos del hogar
Salí temprano – a visitar a mi padre
sus ojos tenían el silencio – le dije
y la voz de sus ojos era más honda que todas las cosas
un pájaro se acercó a la ventana
miró con sus ojos raudos la cama que no era cama
el hogar que no era hogar
quise entonces posar mi mano en la rama de su cuerpo
yo balbuceaba en un silencio de luz
sobre un piso blanco
un aroma a lejía
un olor a muerte en todas partes y el sol quemaba
era verano, el hogar para morir está tan lejos de la muerte de mi padre.